Nada como las flores; es lo que más me gusta y tendría la casa llena de ellas. Y no solo por su belleza, es sobre todo porque su fragilidad y corta vida me recuerdan nuestra fragilidad y que, por mucho que nos aferremos a la vida, aquí estamos de paso y que hay que aprovechar […]
a través de Nada como las flores — La Estirga Burlona